Rincones de Cantabria

Aquellos que me seguiís por instragram seguro que ya lo sabréis, pero para el que no, hace dos findes estuvimos de ruta por Cantabria. Mi cuñado, más majo que las pesetas, me regaló una Smartbox por mi cumple y lo aprovechamos a tope.

Miramos muchos destinos cerquita de Calahorra pero este nos apetecía mucho. Nunca había estado en Santander y dijimos venga nos vamos de ruta por Cantabria. Fue un fin de semana redondo y un tiempazo, señór, qué tiempazo. Pudimos disfrutar de la playita y de sus bellos paisajes a pesar de que algunos estuvieran estropeados por el temporal y el oleaje. Pero aún así, Santander me ha conquistado. Esterina de verdad, que rabia no poder visitarte antes y que no estuvieses!

Nos alojamos en el Balneario de Solares y estuvo genial. Ahí una noche cenamos que el paquete incluía la cena pero otro día nos dimos una vuelta por el pueblo y la entrada de un bar nos llamó la atención y estaba petado: La tienda de Pedro García. Dijimos, aquí debemos entrar y al final acabamos cenando. Cenamos rápido porque tenían todo reservado, pero estuvimos genial. Tapeando, unos vinitos, todo riquísimo y un personal súper agradable. El entorno ya ni te cuento.

Soy un poco despistada y me pasó una cosa odiosa... Esta vez me llevé la cámara y sus baterias y el cargador pero, siempre algo falla, me dejé la tarjeta de memoria en el ordenador... Sí, pensaba que una no se podía dejar más cosas pero sí, maldita tarjeta. Así que la calidad de las fotos no son muy buenas. Las del restaurante pertenecen a su facebook.

Durante todo el fin de semana hicimos unas rutas. Visitamos Santander, Comillas, San Vicente de la Barquera y Santillana del Mar. Cada sitio tenía su encanto. Quiero volver y perderme en sus rincones, quedaron muchas cosas en el tintero. Esterina cuando vuelvas de las alemanias repetimos viaje.

Me encantó el contraste de los paisajes, tiene de todo! Mar, montaña, los Picos de Europa nevados, pueblos de piedra llenos de encanto...

El domingo nos dimos un homenaje, fuimos a la zona del Sardinero y paseamos por la playa. Comimos al restaurante Maremondo que solo por sus vistas merece la pena. Su diseño corporativo y su carta me encantó. 

Y ya el paseo por la playa con un tiempo de verano coronó el fin de semana.


¿Conocías Santander? ¿Qué rincón me recomiendas para el próximo PLAN B?